Lorrie Wingerd ha sido una voluntaria dedicada de Helping Hands desde 1985, solo unos años después de que Millie May fundara la organización. Algo tiró del corazón de la joven Lorrie cuando escuchó lo que hacía la organización. Se inspiró en la pasión de Millie May por ayudar a las sobrevivientes de violencia doméstica. Era una causa digna, y Lorrie estaba feliz de intervenir para ayudar en todo lo que pudiera.

No recuerda la fecha real en la que comenzó a trabajar en la junta porque “Yo solo era voluntaria y luego me encontré en la junta. Realmente no había ninguna diferencia en ese entonces. ¡Si te ofreciste como voluntario, estarías en la junta! "

"Literalmente llamábamos a amigos y poníamos a los sobrevivientes en cualquier habitación libre y segura que pudiéramos encontrar".

Hemos logrado grandes avances desde que comenzamos. Millie estaría orgullosa. Éramos bases, sí, pero ya no tanto. Funciona como un negocio real ".

Lorrie es un miembro de la junta maravilloso y comprensivo y, por lo general, uno de los primeros en dar un paso al frente cuando Helping Hands necesita ayuda.

Entre el servicio de la junta, las recaudaciones de fondos y los proyectos en nuestro refugio, e incluso varios años como voluntaria en la línea de crisis, Lorrie ha brindado cientos de horas de servicio a Helping Hands. Se agradece mucho su dedicación y apoyo.

Ahora, con el compromiso adicional de recordar Helping Hands en su testamento, su legado seguirá vivo, ayudando a ayudar a las mujeres en situaciones de abuso y empoderando a las sobrevivientes para que tomen decisiones positivas y hagan cambios en sus vidas. Es el regalo más emocionante que jamás ha hecho.